jueves, 23 de abril de 2009

60. El amante desdeñado de S. Troisi. 1900s.

Como veíamos en la entrada anterior, la escasez de motivos “psiquiátricos” fotografiados con un barniz satírico del tipo que sea, hizo que me sorprendiera encontrar, de manera fortuita, una serie de antiguas fotografías que abordan con este tono uno de los aspectos más dramáticos que debemos enfrentar desde la práctica psiquiátrica.

Compradas a un anticuario de Buenos Aires, este no pudo dar más información que haberlas adquirido a un intermediario en la ciudad de Córdoba quien al parecer las consiguió de alguien relacionado con algún Troisi. Las fotos (10 x 14 cm) están montadas sobre una cartulina rígida algo mayor (12 x 17,5 cm) que lleva impresa el nombre “S. Troisi – Córdoba”. Estas medidas se corresponden con muy ligeras variaciones al formato “cabinet” o “portrait cabinet”, conocido en el S. XIX como “albumen”, un formato que vino a sustituir a las anteriores y más reducidas “carte de visite”. Según la opinión de Abel Alexander, las imágenes a las que nos estamos refiriendo fueron realizadas entre los años 1905 a 1910, es decir el segundo período de los “portrait cabinet” o tardío (copias a la gelatina de plata, soportes de cartón gruesos, de color marrón oscuro y con una fina guarda interior en oro. Frente a los de la primera etapa, sobre un delgado papel conocido como "albúmina", ya que el aglutinante de las sales de plata se obtenía de la clara de huevo). En relación a la serie completa de 14 imágenes, Alexander encuentra cierto parecido a ciertas colecciones eróticas en pequeño formato que se entregaban, a principios del siglo XX, como premios a los caballeros consumidores de ciertos cigarrillos, si bien el relato como tal y en el contexto argentino la serie resulta una rareza.

Probablemente las instantáneas fueron tomadas en el propio estudio del fotógrafo, que regentó en la ciudad de Córdoba aproximadamente entre 1900 y 1910. La serie está compuesta de 14 fotos que narran visualmente la desventura de un amante contrariado quien, tras leer la carta de despedida de su amada, decide suicidarse disparándose en la cabeza. La frialdad del cañón de la pistola le hace reconsiderar la decisión, para optar entonces refugiarse en la bebida como colofón burlón a la historieta. El mismo tema del suicidio que inspiró a Bayard, pero en esta ocasión resuelto de una forma menos romántica. Desde un punto de vista clínico son evidentes los contenidos psicológicos del relato, representación de una crisis afectiva y su resolución, relacionando asimismo la ideación autolítica y el alcoholismo con eventuales frustraciones personales, si bien en este caso minimizando, precisamente a través del humor, tanto la importancia de la ruptura como los riesgos de la embriaguez. Desde una perspectiva social y tomando la historieta como posible reflejo de actitudes en boga en ese momento histórico, podemos considerar que la solución suicida frente al desengaño amoroso, recurso idealizado del Romanticismo ya caduco en esa época, parece dar paso en el desenlace final a un intento, en cierto sentido naturalista, para explicar las leyes que rigen las conductas del ser humano, determinadas entonces por circunstancias externas adversas. Finalmente, quizás también habría quien percibiría un cierto matiz de perversa ironía frente al protagonista, caricaturizado como incapaz de llevar a cabo su primer impulso autodestructivo y darse a una más hedonista ocupación.

Este argumento del personaje menospreciado fue también abordado por otros autores latinoamericanos contemporáneos, como la serie del peruano Juan Manuel Figueroa Aznar quien retrata (c. 1907) a un bohemio bebedor que igualmente recibe una misiva comunicándole el rechazo de la amada, si bien en esta ocasión no hay amago suicida como respuesta.


Cada una de las imágenes, que va numerada en el ángulo superior izquierdo, tiene manuscrita a tinta sobre cada una de ellas una pequeña leyenda, al estilo de las historietas cómicas, que refleja el pensamiento del actor y nos permite entender perfectamente el devenir de la situación. En el reverso de la primera foto aparecen dos firmas manuscritas, una más torpe ("Señor Mario Troisi") que la otra (“Señor Mario Carlos”, ¿nombre del hijo del gran músico italo-argentino Eugenio Troisi?).

Reverso de la Foto 1.
Foto 1: ¡Al fin!
Foto 2: ¿qué dirá?
Foto 3: Ricura...
Foto 4: ...Ay...
Foto 5: ¿¡Quién soporta golpe tan recio!?
Foto 6: ¡No me queda más que un recurso! ¡Este!
Foto 7: ...¡Este!
Foto 8: ¡Brrr...! ¡Que frío está este caño!
Foto 9: ¡Vade retro, tenebroso pensamiento!
Foto 10: ¡Toma!...
Foto 11: ¡Toma, carta infernal!
Foto 12: ¡Que se mate otro!
Foto 13: Al fin y al cabo, a mi me importa un pito...
Foto 14: ...pues, aquí está el remedio para todos los males


No puedo terminar la entrada ser dedicar un especial agradecimiento a Abel Alexander, director del Museo Fotográfico y Archivo Histórico “Adolfo Alexander” en Argentina, por su amable y desinteresada disposición a responder a mis dudas y ampliar la información en relación con el fotógrafo S. Troisi de Córdoba.

BIBLIOGRAFIA.



Watriss, W. Zamora, LP. (eds.) Image and Memory. Photography from Latin America, 1866-1994. University of Texas Press. Austin, 1998; p. 149.




Poole, D. Figueroa Aznar and the Cusco Indigenistas. En Pinney, C. Peterson, N. Photography’s other histories. Duke University Press, 2003; p. 172-201.






Martínez Azumendi, O. Humor, psiquiatría y fotografía. El amante desdeñado de S. Troisi. Norte de salud mental. 2009; VIII (33): 127-133. Accesible https://1drv.ms/b/s!Ar42BtGhsUPjmv53LYBXsZ7RWIASZw?e=5ZpJOb.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

es increible la frecuencia y calidad de tus entradas!como psiquiatra en ciernes (r4 en mayo, jeje) creo que voy a contagiarme de esta afición tuya... gracias porque está resultando apasionante. Estoy "cocinando" algunas sesiones clínicas sobre el cine mudo y sus (patológicas) mujeres, si cuaja te lo haré llegar!
saludos y enhorabuena!
mªje mateos

Oscar Martínez Azumendi dijo...

Gracias Mªje. Si, creo que además de la dedicación a la clínica para la que te estás formando, contar con otros tipos de aficiones hacen la profesión aún más apasionante. Me alegra que la mía te entretenga y cuenta desde ahora con preparar una entrada si se te ocurre algún tema relacionado con psiquifotos.

ctlagarrovilla dijo...

Enhorabuena y felicitaciones por tu blog. Llegué aquí accidentalmente buscando imágenes de salud mental y drogodependencias y me quedé, incorporándote a mis favoritos.

Oscar Martínez Azumendi dijo...

¡Bienvenido! y recuerda que es posible suscribirse al blog (en la parte superior derecha) y recibir un aviso de correo con cada nueva entrada.

Anónimo dijo...

Hiciemos un enlace para esta entrada no blog del Forum Latinoamericano de Fotografia: http://www.forumfoto.org.br/pt/2010/09/fotografia-e-humor/

Ronaldo

Anónimo dijo...

Hiciemos un enlace para esta entrada no blog del Forum Latinoamericano de Fotografia: http://www.forumfoto.org.br/pt/2010/09/fotografia-e-humor/

Ronaldo

Oscar Martínez Azumendi dijo...

Ronaldo,
muchas gracias por la deferencia. Les deseo lo mejor para su blog que espero visitar.
¡Un cordial saludo!

Lizardo Cruzado dijo...

Muchas gracias,Dr. Martínez, por el enlace que me ha permitido conocer esta interesante viñeta acompañada del solvente apunte histórico. Como siempre, muy satisfecho de cada visita a su bitácora tan mimada. Ojalá siempre fuese suficiente la frialdad del cañón -o el burbujeante botellón- ;)
Un cordial saludo.

Anónimo dijo...

El nombre de la persona en la fotos es Santiago Troisi, quien además de ser el actor es el fotógrafo que realiza la toma.

Santiago fue Hijo de Enrique Troisi quien fuera cónsul Italiano en Argentina.
Mario Troisi es el Sobrino de Santiago e hijo de Eugenio Toisi.

Santiago Troisi fue corresponsal de guerra del diario Caras y Caretas y falleció el 9 de Julio circa 1920.

Estos datos fueron relatados oralmente por una ñieta directa en la ciudad de Córdoba.

Anónimo dijo...

Hola, me he encontrado en casa unas fotos de 1908, qe en la parte superior qe pone el sello de S. Troisi y sale un señor de bigote!!!!

Oscar Martínez Azumendi dijo...

¡Gracias por compartirlo!
Me figuro que se tratará de uno de los múltiples retratos que Troisi haría en su estudio a los ciudadanos de su época. Será difícil saber quien es, aunque por lo menos ahora ya sabe algo de quien le fotografió.
Saludos cordiales.

rocio del.sanchez dijo...

muchas gracias por subir estas fotos la persona q las saco es mi tatarabuelo gracias a uds pude ver la primer secuencias de fotos de mi familia si alguien tiene mas datos me la podrian hacer llegar rocio_sanchez88hotmail.com