483. El paso de los rojos por el manicomio de Santa Águeda.

Hace unos días, el presidente alemán Frank-Walter Steinmeier, acompañado del rey Felipe VI, visitó Gernika en homenaje a las víctimas del bombardeo nazi del 26 de abril de 1937. Aquella imagen volvió a recordarme el sufrimiento inevitable que toda guerra provoca, y cómo suele ensañarse de manera especial con quienes menos capacidad tienen para protegerse: entre ellos, tantas personas con enfermedad mental grave.

En ese sentido, el episodio me llevó a otro recuerdo mucho más cercano, en el tiempo y la geografía, al bombardeo de Gernika: la dramática situación que vivieron los enfermos asilados en el sanatorio de Santa Águeda de Mondragón. Aquel establecimiento quedó, por pura mala fortuna, en plena línea de frente y sufrió ataques de ambos bandos, con cañoneos, escasez extrema y muertes derivadas de la falta de alimentos y medicinas. Ya conocíamos aquel episodio por una entrada psiquifotera antigua basada en una memoria del propio hospital (que, años después, alguien amplió y matizó en otro trabajo).

Desde hace tiempo tenía guardado un ejemplar de una revista gráfica de gran formato, impresa en plena Guerra Civil en un tono sepia muy apagado y sobre un papel de pésima calidad. Nunca acababa de ver claro si tenía sus imágenes tenían algún interés para Psiquifotos ni cómo encajarla, pero quizá ahora encuentre su lugar. Me refiero a Fotos. Semanario Gráfico de Reportajes, órgano de Falange Española y de las JONS, creado en San Sebastián el 18 de febrero de 1937 y trasladado luego a Madrid en 1940, donde siguió publicándose hasta 1963.

En ese número concreto —22 de mayo de 1937—, tras una impactante portada, se incluye un reportaje de tres páginas firmado por Juan de Hernani y fotografiado por Morenes.

La pieza es, como cabría esperar, puro material propagandístico. Presenta la toma de Santa Águeda como un símbolo de “restauración del orden”, utilizando la figura de los internos como contraste entre el caos/locura y la autoridad/normalidad recién recuperada. Tanto el texto como las fotografías siguen la línea editorial del semanario: la entrada de los nacionales como retorno de la seguridad, la religión, la caridad y el orden social, integrándose todo ello en cierta iconografía de la “liberación” y de la supuesta recuperación moral tras la llegada de las tropas.

Cuando los pacientes aparecen mencionados, lo hacen de manera caricaturesca o convertidos en personajes dramáticos o satíricos (el “Emperador de la Tierra”, “Mussolini”, etc.). No hay ningún interés documental ni clínico: se trata de propaganda, no de mostrar el sufrimiento real de la enfermedad ni las condiciones de reclusión. Lo mismo ocurre con el propio centro: el reportaje evita cualquier alusión reflexiva al estado sanitario, las prácticas clínicas o el impacto del conflicto en la asistencia psiquiátrica. Nada sorprendente: la mayoría de publicaciones de la época —de una orientación u otra— preferían explotar lo pintoresco o desconcertante de “los locos” antes que reivindicar una mirada justa sobre ellos.

Vistas del hospital.

Los dementes pasean o trabajan en el jardín, porque el trabajo es también un medio de curación.

Lo que tú quieres es que te resuelva ese problema que te tiene loco —le dice “Mussolini” a “Azaña”.

Por estas amplias alamedas del manicomio pasea Azaña sus problemas y discute con “Mussolini” resolviendo un problema de “estado”.

Los hermanos José y Agustín evocan aquel día de angustia cuando los rojos eran los dueños del manicomio de Santa Agueda.

Los locos sentados pacíficamente en esos bancos presencian un partido de pelota que están jugando los requetés.

En este hombre de nobles rasgos, tienen ustedes al “emperador de la tierra”.

Esta galería del antiguo balneario es trágicamente famosa, pues en ella murió asesinado Cánovas del Castillo.

Pero, antes de acabar, por si alguien se ha quedado con la curiosidad, tampoco me cuesta tanto reproducir aquí íntegro el texto del reportaje.

Episodios como este, y de otros como los recogidos en el apartado de bibliografía, muestran hasta qué punto la guerra amplificó la vulnerabilidad de quienes ya vivían al margen de la mirada pública. También recuerdan cómo la fotografía y la prensa pudieron convertirse en herramientas de propaganda capaces de distorsionar el dolor real de los pacientes. Recuperar hoy estas imágenes y volver a mirarlas con calma quizá sea una forma de restituir, aunque sea mínimamente, la humanidad que entonces se les negó.

BIBLIOGRAFÍA
>>>>>>>>>>>>     Consultar aquí toda la bibliografía citada hasta esta entrada
	De Hernani, Juan, Morenes (fotos). El paso de los rojos por el manicomio de Santa Águeda. Fotos. Semanario Gráfico de Reportajes, n, º 13, 22 mayo 1937, pp. 12-14.
	Sanatorio Psiquiátrico del Sagrado Corazón de Jesús. Bodas de oro,1898 – 1948. Santa Águeda – Mondragón. Memoria histórica. Palencia, 1950.
	López Becerra, A. Al Manicomio ida y vuelta. La editorial vizcaína, 1945.
	Aguirregabiria, Josu M. y Tabernilla, Guillermo. Seis días de guerra en el norte de Álava. Comienza la ofensiva de Mola (31 de marzo–5 de abril de 1937). Saibigain. Revista digital de la Asociación Sancho de Beurko. Otoño 2018; n.º 6, p. 89.
	Villasante, Olga. Los viajes de los “dementes” del Provincial de Madrid durante la Guerra Civil (1936-1939). Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2010; 30 (108), 613-635. Accesible en https://revistaaen.es/index.php/aen/article/view/16109/15966.
	Simón Lorda, D. (2025). Manicomios, prisioneros de guerra, batallones de trabajadores. Historias de la guerra civil y la posguerra desde Galicia. Sociología Histórica, 15(1), 5–39. Accesible en https://doi.org/10.6018/sh.638821 Polo Griñán, C. (2025). "El chalet de los locos". La guerra civil en la clínica psiquiátrica n.º 9 de Benidorm. Sociología Histórica, 15(1), 40–68. Accesible en https://doi.org/10.6018/sh.656541 Villasante-Armas, O., & Martínez Benítez, S. (2025). ¿Qué cuentan las mujeres en el Manicomio Provincial de Murcia? Relatos de locura y guerra (diciembre 1936). Sociología Histórica, 15(1), 119–149. Accesible en https://doi.org/10.6018/sh.656531

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