miércoles, 15 de octubre de 2008

7. Miroslav Tichý.

Cuando estuve considerando otros posibles alicientes para visitar Praga con ocasión del XIV Congreso Mundial de Psiquiatría, me ilusioné al enterarme que de junio a septiembre, con ocasión de la International Triennale of Contemporary Art, se iban a exponer en Praga fotografías del checo Miroslav Tichý. Agrupadas bajo el sugestivo título de “Erotismo durante el Régimen Totalitario – Evasión de la ideología a través del placer hacia la devastación” ya en si mismas justificarían en parte la asistencia al Congreso. Pero, desafortunado de mí, la muestra se clausuró justo días antes del inicio del mismo.

Puede ser éste un buen motivo para dedicar esta entrada a Tichý, incluyendo además fotografías tomadas del catálogo de la también reciente exposición celebrada en el Centro Pompidou de París (22/6 a 22/9 de 2008). Para algunos un artista inclasificable, marcado por fuertes influencias clásicas, mientras que otros lo encuadrarían como un “outsider” o artista marginal.

Nacido en 1926 en la región de Moravia, de lo que es hoy República Checa. Inició estudios en la Academia de Arte de Praga, sin llegar a terminarlos tras sufrir una primera crisis personal, orientando su primera vocación artística hacia la pintura y el dibujo. Tras la toma del poder en 1948 por parte de los comunistas, Tichý no se mostró muy dispuesto a colaborar con ellos, lo que junto a recurrentes crisis psicóticas, al parecer motivó su encierro durante un total de ocho años entre cárceles y hospitales psiquiátricos. Durante las hospitalizaciones, tal y como se refleja en su historia clínica, Tichý disminuía su producción artística, que incluso destruía, para recuperar la actividad creativa en los periodos intercríticos.

Finalmente se retiró de Praga a su pueblo natal de Kyjov para convertirse en un hombre solitario. A partir de entonces descuida su aspecto externo, deja de bañarse y de cortarse el pelo y la barba, viviendo a modo de un Diógenes moderno en un estado de pobreza, aislamiento social y automarginación extrema de una sociedad que le disgusta y horroriza. En los años 60 abandona igualmente su pasión por la pintura y dibujo para dedicarse a la fotografía, que será el leitmotiv y eje vertebrador de su existencia a lo largo de las tres décadas siguientes. Este vuelco en sus aficiones artísticas ciertamente no tendría mayor relevancia si no consideramos tanto el motivo de sus instantáneas, como la peculiar técnica con la que realiza y procesa las imágenes. Aunque ocasionalmente fotografió alguna vista y edificio de interés local, Tichý se impuso la obligación de disparar 100 instantáneas diarias que tomaba de forma subrepticia e imprevista a las mujeres con las que se cruzaba o iba a observar de forma voyeurística a tomar el sol en traje de baño en parques y piscinas.





Imágenes © Roman Buxbaum

Más impresionante aún que la tarea, resultan los aparatos con los que realizaba sus instantáneas y las revelaba posteriormente, construidos artesanalmente con todo tipo de materiales de desecho como cajas de madera, tubos de cartón del papel higiénico, paquetes de tabaco… y de las que nadie pensaría pudieran servir nada más que como accesorio de carnaval. Con el ingenio apoyado sobre la cintura y cubierto por el abrigo, cuando veía alguna mujer descubría la peculiar cámara sin visor alguno y disparaba rápidamente, calculando a ojo la mejor composición posible. Por este motivo, tras ser positivadas, las imágenes no solamente aparecen borrosas y desenfocadas por la mala calidad de la óptica empleada, sino muchas veces mal encuadradas y cortadas. Una vez procesadas en su laboratorio casero, disfrutaba mejorándolas, coloreándolas ocasionalmente o retocando con algún trazo aspectos que quería resaltar. Finalmente las enmarcaba con cartulinas que preparaba especialmente para cada foto, muchas de ellas también arrugadas a propósito o ensuciadas y abandonadas por la estancia, sin haber pretendido nunca comerciar con ellas.

Abandonó está práctica, no muy del agrado de sus convecinos, sobre 1990. Sólo años después Buxbaum, psiquiatra afincado en Suiza y cuya familia había conocido a la del artista años atrás, se propuso rescatar y divulgar su trabajo que se había mantenido en total anonimato al margen de los círculos comerciales. Habían pasado casi 50 años tras su retiro voluntario del mundo, cuando en 2004 tiene lugar su primera exposición en solitario en la bienal de Sevilla. En 2005 recibió el premio de Arles para seguidamente montarse una gran exposición retrospectiva, a partir de la cual su trabajo ha sido valorado y expuesto en diferentes lugares del mundo aún así sin haber podido despertar un interés suficiente para concitar su presencia. La necesidad de organizar y conservar su obra, junto a una importante labor de mercadotecnia asociada, llevan a crear la fundación Tichy-Ocean con estos fines. En su página, así como en esta y en esta otra podemos disfrutar de algunas de sus obras.



Miroslav Tichy, MT Inv.-Nr. 3-8-1951, 19,3x10 cm cortesía de la Fundación Tichy Ocean.

Miroslav Tichy, MT Inv.-Nr. 5-12-84, 18x13 cm cortesía de la Fundación Tichy Ocean.



Miroslav Tichy, MT Inv.-Nr. 3-8-1951, 19,3x10 cm cortesía de la Fundación Tichy Ocean.



Miroslav Tichy, MT Inv.-Nr. 5-8-103, 18x13 cm. Cortesía de la Fundación Tichy Ocean.

Miroslav Tichy, MT Inv.-Nr. 4-3-267, 18,1x13 cm. Cortesía de la Fundación Tichy Ocean.

Miroslav Tichy, MT Inv.-Nr. 3-8-33, 20,8x17,1 cm. Cortesía de la Fundación Tichy Ocean.


Miroslav Tichy, MT Inv.-Nr. 5-2-7, 24x21,5 cm. Magasin 3 Stockholm Kontshall.

Miroslav Tichy, MT Inv.-Nr. 5-10-173, 24x26 cm. Cortesía de la Fundación Tichy Ocean.

Miroslav Tichy, MT Inv.-Nr. 6-12-17, 31x23 cm. New York, Colección R. Singh.

Miroslav Tichy, MT Inv.-Nr. 3-8-11, 19x14 cm. Centre Pompidou.

Miroslav Tichy, MT Inv.-Nr. 5-2-12. Cortesía de la Fundación Tichy Ocean.

Miroslav Tichy, MT Inv.-Nr. 1-034. Cortesía de la Fundación Tichy Ocean.

Miroslav Tichy, MT Inv.-Nr. 2-205. Cortesía de la Fundación Tichy Ocean.

Miroslav Tichy, MT Inv.-Nr. 3-8-092. Cortesía de la Fundación Tichy Ocean.

Miroslav Tichy, MT Inv.-Nr. 4-007. Cortesía de la Fundación Tichy Ocean.

Miroslav Tichy, MT Inv.-Nr. 4-7-025. Cortesía de la Fundación Tichy Ocean.


No cabe duda de que se trata de una producción idiosincrásica, coherente y estéticamente estable, donde las imágenes, testigos mudos de su obsesión voyeurística, apuntan no solo a la intensidad con la que puede vivirse un proyecto, sino que nos confrontan con el no infrecuente dilema de tener que optar si nos encontramos ante una producción artística perseguida con ese fin o es el mero resultado acumulativo de la obsesión enfermiza de su autor. En cualquier caso y sin haberlo él pretendido, sus pequeñas y descuidadas fotografías se cotizan actualmente sobre los 1000 dólares. "¡Si pretendes ser famoso, tienes que hacer algo tan mal que nadie en el mundo lo pueda hacer así de mal!", aseveró una vez alcanzada la fama. ¡Qué pena que haya tantos mediocres que llevan al pie de la letra su consejo!



BIBLIOGRAFIA



Buxbaum, Roman; Vančát, Pavel. Miroslav Tichý. FotoTorst, Praga. 2006







Buxbaum, Roman. Tarzan retired (DVD). Foundation Tichý Oceán, Zurich. 2006.





Buxbaum, Roman. Tichy. Foundation Tichý Oceán, Zurich. 2007. Con ocasión de una exposición en Tokio.



Wipplinger, Hans-Peter; Buxbaum, Roman; Hoesle, Adi. Artists For Tichý - Tichý For Artists. Verlag Fur Moderne Kunst, Nurnberg. 2007. Trabajos de diversos artistas en torno a la figura y obra de Tichý.



Bajac, Quentin. Miroslav Tichy. Centre Pompidou, París. 2008.





...Y unos cuantos más, además de al menos una colección de postales.

5 comentarios:

Jack Babiloni dijo...

Discrepo frontal, ciclópea y absolutamente con la conclusión de su microensayo sobre Miroslav Tichý, no así con su fondo troncal argumentativo, cuya generosidad aplaudo. Las fotografías de M.T. representan para mí la sublimación poética del acto de aprehender sobre sales de plata y en ningún caso me atrevería a manejar frente a ellas conceptos tan ciegamente canónicos como "enfoque" o "encuadre". Vi gran parte de su trabajo por tierras praguenses hace un lustro y en el acto experimenté bien nítido que aquél que andaba detrás de semejante corpus no era en modo alguno un iletrado obtuso, antes al contrario.
(Disculpe mi discrepancia insolicitada y felicidades por su exquisito, documentadísimo y apasionante blog, amigo).

Oscar Martínez Azumendi dijo...

Gracias Jack.

Tengo que reconocer que mis hábitos estéticos y conocimientos artístico-fotográficos dejan mucho que desear. Es el motivo por el que quizás mis apreciaciones desde esa perspectiva no sean fundamentadas más que desde la perspectiva personal. La suya sin duda enriquece la visión que podemos tener sobre el sorprendente Tichý, y me alegra que los (no tan) "insolicitados" comentarios lleguen al blog.

Por cierto, felicidades por el segundo aniversario que celebra hoy con su blog. me he dado una vuelta por su página y me he sorprendido un rato, sobre todo con los murales.

¡Enhorabuena entonces por el pequeño cumpleaños!

Jack Babiloni dijo...

Muchísimas gracias por su felicitación, Óscar; el placer entrometido de colaborar humildemente en su "blog" derivó de que esta madrugada lo descubrí por ¿azar? (bien sabemos que la casualidad no existe), mecido por búsquedas relacionadas con parámetros de manifestación "outsider". Le participo que a partir de hoy seguiré con delectación sus artículos de nueva hornada, amén de detenerme más exhaustivamente sobre los ya publicados, que sólo tuve tiempo de leer con insuficiente penetración. Da gusto tropezar con macrosorpresas intelectuales de tamaños aprovechamiento y altura, con las que Vd. eleva el listón, desmarcándose de la mayoritaria autorreferencia umbilical que suele generar el fenómeno-"blogger". También aprovecho para solicitarle permiso para incluir en mi blog TODOESFELICIDÁ un enlace en dirección al suyo. Salud y enhorabuena otra vez, amigo.

Oscar Martínez Azumendi dijo...

Gracias Jack. Me animan sus amables palabras. Ojala disfrute de las entradas, y si además descubre una visión menos prejuiciada sobre la enfermedad mental a partir de ellas, mejor que mejor.

Lo dicho y "seguimos observándonos".

Jack Babiloni dijo...

Óscar, no dude de que seguirá honrándome bucear entre sus publicaciones. Hace más de cuatro lustros (a través de ciertas experiencias plásticas con presos, toxicómanos o niños autistas, fundamentalmente) que sostengo que enfermos mentales somos todos, cosa que en realidad no tiene la mayor importancia, dicho sea con el mayor respeto hacia los pacientes más académica e imperfectiblemente diagnosticados. O, si lo prefiere y en otras palabras, ningún ideario maniqueo es bueno para llegar a puerto alguno (loco-cuerdo, bien-mal,...) Lo verdaderamente sumarial, a mi humilde entender, es conseguir día a día reunir la suficiente clarividencia como para alquimizar la neurosis global de cada uno en SÓLO genésicas consecuencias iluminadoras(*). Mi obra artística, verbigracia, no pierde de vista en ningún nanosegundo semejante predisposición biorrítmica.
En próximos días y semanas seguiré disfrutándole a través de su plausibilísima generosidad científica. La mía, parvularia, alienta y le agradece (a neocórtex abierto en canal) todo su trabajo.

(+)(Obras como la de David Nebreda, por ejemplo, no me deja atreverme a decir "felices").