lunes, 19 de octubre de 2009

92. Los drapeados de Gaëtan Gatian de Clérambault.

Tengo un compañero, entusiasta aprendiz de brujo en el arte de la psiquiatría, que no quiere dejarse deslumbrar por las más simplistas corrientes taxonómicas actuales. Por ello, le gusta rebuscar entre las fuentes del conocimiento de los autores clásicos.

Esta afición nos viene de perlas para solicitarle una introducción que encuadre las sorprendentes imágenes que uno de nuestros padres en el terreno de la elaboración teórica nos legó más allá del campo psiquiátrico. Lo que sigue a continuación es el resumen biográfico que Reda Rahmani nos ha preparado sobre la figura de Clérambault:

Gaëtan Gatian de Clérambault, nacido en Bourges (Francia) en 1872, psiquiatra, profesor en la escuela nacional de Bellas Artes, etnógrafo y fotógrafo, fue un personaje fuera de lo común cuya vida y obra fueron adaptadas al cine en “Le cri de la soie” de Yvon Marciano.

André Malraux, novelista y político francés dirá en cierta ocasión que la verdad de un hombre reside, sobre todo, en lo que calla. De Clérambault, tanto a través de sus informes clínicos (cértificats médicaux) como de sus innumerables fotografías sobre el drapeado de la túnica árabe, se encomendaría la tarea de hablarnos sobre esa verdad callada, silenciada, durante los 14 años que duró su labor de médico-jefe en la enfermería especial de la prefectura de París .

En 1934, en el pueblo de Malakoff (Francia), solo y con la vista muy deteriorada a pesar de la intervención de catarata a la cual le sometió Barraquer en Barcelona, se dará muerte con un arma de fuego, trágicamente delante de un espejo. Con motivo de su muerte escribió Joseph Kessel en el periódico “Le Figaro”: “Construyó esa famosa teoría del drapeado… fue el primero en considerar los pliegues de las vestimentas flotantes como la rúbrica de una raza, de una tribu… era tan artista como sabio…

La obra psiquiátrica del que fuera “El único maestro en la observación de los enfermos” para Jacques Lacan halla su culminación en la propuesta mecanicista de su síndrome del automatismo mental, y en la descripción de los delirios pasionales. El maestro se muestra muy hábil en sentenciar clínicamente a sus pacientes, siempre el primero en entrevistarles porque “los quiere vírgenes” de todo interrogatorio previo. Su mirada lo englobará todo, vestimenta, mímica, actitudes, tics, gestos al límite de lo perceptible, maniobrando así este experto médico-legal hasta lo cuestionable para arrancar al alienado su secreto. Es una captura del instante, acto y palabra confundidos, de un teórico mecanicista al que se opondrá H.Ey, no sin reconocerle la suerte de “su verbo prestigioso, la concisión sustantiva de su pensamiento, la perfección de sus fórmulas, el arte de maniobrar a los enfermos y de acompañar sus gestos y propósitos en las líneas exactas y rígidas de sus famosos certificados, semejantes a estatuas, encandilando la mente de sus jóvenes discípulos”.

En su adolescencia ninguna vocación concreta parecía serle predestinada. El arte, la literatura, la poesía, la música y la pintura le atraían igualmente. Siguió entonces durante dos años los cursos de la escuela de artes decorativos donde trabajaría bajo la dirección de Luc Olivier Merson.

Influenciado por su padre inició la carrera de derecho, al final de la cual se desplaza a París para cursar medicina. Externo de hospitales y luego interno de los “Asilos del Sena” en 1898, se especializa rápidamente en psiquiatría y redacta su tesis en octubre de 1899, sobre “l’othematome”.

En 1905 es nombrado médico adjunto de la enfermería especial de la prefectura de París pero la primera guerra mundial detiene su carrera. Combatirá en todos los frentes. Herido en 1915 en su hombro derecho, solicitó marchar a Marruecos para formar parte del primer contingente militar destinado a África; y para comprender y curar mejor a “los indígenas”, se esforzaría en aprender árabe. Después se comprometió con la misión antipalúdica y fue a combatir en el frente de oriente. Gravemente herido en su pierna pasará su convalecencia en Fez (Marruecos) donde inicia sus estudios sobre el drapeado de la túnica árabe. Sus viajes a Marruecos entre 1912 y 1919 le servirán para ese fin, desvelando los distintos matices del drapeado según las tribus, la edad o la tendencia religiosa o étnica en las más de 40.000 fotografías que llegó a hacer y de las cuales legó la mayoría al “Musée de l’Homme”. Sus descripciones del drapeado le acercan a lo que más tarde constituye, con Lacan, la topología del inconsciente.

Clérambault, aparte de dar clases en la escuela de bellas artes, daba todos los años una comunicación en la sociedad de etnografía. Llegaba con una maleta que contenía distintas muñecas vestidas por él mismo de drapeados varios, para ilustrar sus demostraciones luego en un modelo real que vestía lo mismo que aquéllas.

Genio de la observación, de la descripción, testigo de lo minucioso, plasmará en sus fotografías la verdad que calla el hombre sin galardones, desde sus primeros pasos en el seno de una familia aristocrática hasta su final trágico, solo y angustiado pero indudablemente lúcido. Lo que queda en medio, el mudo devenir del hombre y su destino, se lo presentamos en parte, aquí en esta serie de fotografías.
















"...no son más los cuerpos que fotografía Clérambault, sino las telas y paño animados de vida propia". (Mounira Khémir, historiadora de la fotografía).

Aunque se calcula que fueron varios miles las fotografías que tomó en Marruecos, desafortunadamente solo se conocen unas 400. A su muerte Le Figaro publicaba: "Era tan artista como sabio... Construyó esa famosa teoría del drapeado que quedará seguramente como parte, desde ya, de una nueva ciencia rejuvenecida: la antropología. Clérambault fue el primero en considerar los pliegues de las vestimentas flotantes como la rúbrica de una raza, de una tribu...". No olvidemos, además, su interés por los pliegues en la personalidad del ser humano.


BIBLIOGRAFIA.



Tisseron, S. Gaetan Gatian de Clérambault. Psychiatre et photographe. Collection Les Empécheurs de penser en rond, Département Communication, Paris, 1990. Catálogo de la exposición realizada en el Centro Georges Pompidou (21 feb - 14 mayo 1990).



Papetti, Y. Valier, F. De Freminville, B. Tisseron, S. La passion des étoffes chez un neuro-psychiatre. G. G. de Clérambault. Ed. Solin. Paris, 1990.



De Clérambault, G.G. Automatismo mental - Paranoia. Ed. Polemos, 1995. Incluye también fotografías de sus estudios sobre el drapeado árabe.










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4 comentarios:

Anónimo dijo...

Había visto en casa de un compañero el libro de Polemos, pero desconocia el alcance de esta idea de Clerambault.
Impresionante.

Anónimo dijo...

Esta entrada tiene mucha tela.

Anónimo dijo...

Simplemente aclarar que la primera foto de la entrada, es la estela funeraria árabe que Clérambault quiso se pusiera sobre su tumba, en traducción libre dice: "A los que visitáis nuestra tumba:
Acordaros del asalto de la Muerte
No seáis vanidosos pues, los que han tenido buena salud y los que se sienten indemnes han sido incluso engullidos en la fosa.
Pasa tu vida en la devoción de Dios
y serás preservado de un final desgraciado"
Existe una biografía sobre Clérambault "Le maître des insensés" de Alain Rubens.
La primera Jornada sobre los Clásicos en Psiquiatría se dedicó precisamente a Clerambault.
T.Angosto Saura (Vigo)

Anónimo dijo...

Reda y Oscar: muy interesante!
Desconocia esta faceta de Clerambault (esto no cae en la OPE, jj)
Gracias por enseñarnos cosas nuevas casi a diario!
Beatriz