lunes, 7 de junio de 2010

145. La "memory of the psychiatric hospital of havana".

El apartado reservado a las psiquifotos de tipo "publicitarias y propagandísticas" le viene como anillo al dedo a las que encontramos en un pequeño librito impreso en 1971 (“Año de la productividad”) en un hospital psiquiátrico de la Habana.

Son múltiples las memorias hospitalarias, a lo largo y ancho del mundo, que reflejan sin demasiada autocrítica los avances terapéuticos y logros asistenciales que airean en sus páginas. Este tipo de memorias no suelen ser una fuente muy objetiva como información de lo que realmente ocurre intramuros, pero suelen ir acompañadas de interesantes fotografías. Seguro que habrá tiempo en el futuro de rescatar algunas de esas imágenes, con lo que enseñan y también ocultan. Hoy comentaremos sobre una publicación que me llamó la atención de entrada, no por sus fotos, sino por la aparente incongruencia entre el lugar del que se hablaba y el idioma en que se hacía. ¡El hospital de “Havana”, en inglés!.

Es evidente que se trata de una publicación propagandística, con una edición previa en 1969, que resumía las actividades realizadas en ese hospital entre 1966 y 1970. La memoria busca reflejar los logros obtenidos por la revolución desde un punto de partida de grandes necesidades asistenciales. El afán propagandístico de la memoria que nos ocupa es más que evidente en su introducción histórica desde el período colonial. Primero en el hospital de San Francisco de Paula (1826), luego el hospicio y finalmente en el hospital inaugurado en 1857 en terrenos de Don José Mazorra. Nombre, por el que se reconoce más fácilmente al hospital que por su denominación oficial. Una macroinstitución de unas 2.500 camas y vastas instalaciones que incluyen un campo de béisbol, pero que recientemente ha saltado a las páginas de la prensa internacional al conocerse el desgraciado fallecimiento de 26 internos a causa del frío y precariedad de sus instalaciones y servicios.

El hospital estuvo bajo la dirección médica de Eduardo Bernabé Ordaz, compañero de Fidel Castro, desde los primeros momentos tras la revolución y hasta poco antes de su muerte en 2006. Tuvo que ser un hombre impetuoso y muy interesado en las actividades divulgativas y propagandísticas, aficiones por las que hasta el propio Che Guevara hubo de reconvenirle epistolarmente. Me resulta tan curiosa la anécdota, que no puedo resistirme a reproducir la misiva del Comandante:

26 de mayo de 1964
«Año de la Economía»

Dr. Eduardo B. Ordaz Ducungé
Director Hospital Psiquiátrico
La Habana

Estimado Ordaz:
Acuso recibo de la Revista. Aunque tengo muy poco tiempo, me parecen muy interesantes los temas y trataré de darle una leída.
Tengo otra curiosidad: ¿Cómo pueden imprimirse 6.300 ejemplares de una revista especializada, cuando ni siquiera hay esa cantidad de médicos en Cuba?
Me salta una duda que lleva a mi ánimo a los umbrales de una psicosis neuro-económica: ¿Estarán las ratas usando la revista para profundizar sus conocimientos psiquiátricos o templar sus estómagos; o tal vez cada enfermo tenga en su cabecera un tomo de la publicación?
En todo caso hay 3.000 ejemplares de más en el número de la tirada; te ruego que pienses sobre esto.
En serio, la revista está buena, la tirada es intolerable. Créemelo, porque los locos dicen siempre la verdad,

Revolucionariamente,
«Patria o Muerte. Venceremos»

Comandante Ernesto Che Guevara

Pero volvamos a la Memoria. A pesar de infraestimar la realidad del resto de países en la época prerevolucionaria, asegurando en la introducción que Cuba “quizás era el único país donde los enfermos mentales crónicos tenían que sufrir maltrato”, lo cierto es que la realidad asistencial para los enfermos mentales cubanos no era nada buena en los tiempos de la colonia. El estado de descuido, desatención y promiscuidad en el que se encontraban los pacientes no hizo más que empeorar en el período republicano, llegando a las condiciones infrahumanas que son descritas para el período de la dictadura de Batista. Una pesadilla que la memoria explica fue superada en la Cuba socialista postrevolucionaria.

Tras esas referencias históricas, la publicación presenta una serie de datos e imágenes fotográficas en la convicción de que la “Memoria servirá para dar a conocer mejor el hospital, y que los visitantes, nacionales y extranjeros, se lleven con ellos un agradable recuerdo del mismo”. Aunque podemos presuponer que, sin embargo, la edición está más dirigida al público extranjero dado el idioma en que está redactada.

En esos años, el hospital, inspirado según dice la memoria en los modelos de comunidad terapéutica, contaba con 3.500 camas (82 % de larga estancia), cuya distribución se presenta en toda una serie de tablas estadísticas de las diferentes variables al uso en este tipo de publicaciones (ingresos, altas, estancias, diagnósticos, sexos…). Intercaladas entre sus páginas, llama la atención el gran número de imágenes fotográficas dedicadas a abordajes ocupacionales (ergo o laborterapia).

De hecho, del total de fotografías más de la mitad (31) reflejan actividades de ergo o laborterapia. Del resto, 17 son tomadas durante una Convención en el hospital (incluidas varias visitas al pabellón de ergoterapia); 3 relacionadas con el deporte y elección de reina del Carnaval deportivo; 3 de abordajes infanto-juveniles y 1 vista de un nuevo pabellón.

En definitiva, más allá de los datos estadísticos incluidos, sin duda de interés, lo que podemos inferir de las fotografías acompañantes es la importancia dada en Cuba al trabajo y actividades ocupacionales en la rehabilitación psiquiátrica durante esos años.

Actividades ergoterapéuticas (laborterapia) y ocupacionales del hospital.

Las imágenes incluidas en la publicacion contrastan, al menos en cuanto al número y variedad se refiere, con otras memorias hospitalarias donde suelen ser más frecuente las imágenes de instalaciones y jardines. Como curiosidad añadida, siguen en número las imágenes referidas a la Convención profesional, entre las que hay varias de un evidente contenido político muy de acuerdo con lo que conocemos de la historia reciente de ese país.
Taller de ensamblaje de cajas.

Pacientes en el vivero de semillas. Departamento de ergoterapia.

Taller de costura. Departamento de ergoterapia y rehabilitación.

Carrera femenina. Departamento de ergoterapia y rehabilitación.

Llenando los comederos. Granja avícola.

Trabajando con el torno. Carpintería. Departamento de ergoterapia y rehabilitación.

Recogiendo piedras. Centro de rehabilitación Bosque.

Pacientes cuidando el área del tren Chu-chú. Plan del centro de rehabilitación Bosque.

Tendiendo un andamiaje. Centro de rehabilitación del Hospital Psiquiátrico de Camagüey.

Recogiendo caña de azucar. Centro de rehabilitación Batey.

Lanzando la jabalina.

Selección de la Reina y Damas de Honor del Carnaval Deportivo.

Pacientes trabajando en la granja avícola y áreas anejas.

Test de los cubos de Kohs.

Psicoterapia de grupo.

Terapia grupal con niños.

Pacientes disfrutando de un partido de béisbol en el Estadio del Hospital Psiquiátrico de Habana (el béisbol es el deporte nacional cubano, igual que aquí el fútbol).

Preparando aun paciente para un Electroencefalograma (EEG).

Inauguración de la Primera Convención de Mejora Profesional (Hospital Psiquiátrico de la Habana, 1-7 nov. 1970).

Asistentes a la Convención.

Participantes en una de las sesiones de la Convención.

Un grupo de asistentes en la exposición de pintura.

Llegada de participantes a la Convención.

Apertura del pabellón "Paco Cabrera", durante la Convención. Una imagen prototípica de muchos pabellones psiquiátricos de la época, pero nada que ver con la aseveración de la página 18: "la privacidad del paciente se respeta por una conveniente separación entre las camas".

Apertura del pabellón "Comandante René Vallejo", uno de los nuevos.

Grupo visitando el taller de cajas. Departamento de ergoterapia.

Ofrenda floral del Vice-Ministro Dr. Gerald Simon en la estatua del Comandante Dr. Manuel Fajardo.

Número artístico de algunas pacientes en el acto en honor a los asistentes a la Convención.

Trabajos de construcción. Plan del Centro de Rehabilitación Bosque.


BIBLIOGRAFIA.


Fuentes, Y. Memory of the psychiatric hospital of Havana. Instituto cubano del libro, 1971.











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5 comentarios:

Lizardo Cruzado dijo...

Curiosísimas son esas imágenes en que se ve a un personaje aparentemente disfrazado de Fidel, con uniforme verde olivo y enmarañada barba -porque no es Fidel, ¿no?-. Muy buena crónica como siempre, Doctor. Un atento saludo.

andres dijo...

Cuando uno ve estos talleres, le asalta la duda si muchos de los trabajadores pueden ser disidentes, enfermos de ideas capitalistas... se parecen mas a las granjas colectivas chinas que a las imágenes de los manicomios difundidas por fuentes centroeuropeas.

Oscar Martínez Azumendi dijo...

Estimado Lizardo. Ciertamente no es Fidel. Supongo que es el Comandante Dr. Eduardo Bernabé Ordaz Ducunge, al que hago referencia en la propia entrada. Compañero de Fidel, aparentemente de una personalidad impetuosa y director del hospital durante décadas.
Por cierto, me fijo en el cambio de imagen en la fotografía de su perfil, y tratándose de un niño me hace suponer positivas connotaciones afectivas en ella.
Y como siempre, gracias por sus comentarios.

Joan Obiols Llandrich dijo...

Ciertamente, no es Fidel sino, como supone "oscarmar", el mismísimo Comandante Ordaz. Tuve ocasión de conocerle en la visita al Hospital que se programó para los asistentes al Congreso de la APAL en febrero de 1977. Recuerdo vagamente un centro inmenso, con muchos talleres y campos y guardo muy buen recuerdo del festival musical a cargo de los pacientes, como colofón de la visita, que estuvo la mar de bien.
Aprovecho para felicitar al colega oscarmar por un portal tan excelente

Oscar Martínez Azumendi dijo...

Estimado Joan.

Gracias por la confirmación. Que interesante tuvo que ser la visita en esos añoos al hospital.

Si conservas imágenes de esa época (o de cualquier otro lugar o circunstancias), recuerda que el blog estña a tu disposición si deseas participar en el mismo.

Gracias de nuevo.