lunes, 4 de marzo de 2013

252. Las orejas del hombre lobo.

Acabo de perder una buena oportunidad de hacerme con una curiosa psiquifoto de época. No se trata de una imagen de cuerpo entero, ni siquiera de un retrato, simplemente es una antigua imagen fotográfica de dos orejas desorejadas de su ubicación original.

Y no, no se trata tampoco del recuerdo de un trofeo de algún psiquitorero famoso. Mucho mejor aún, son los apéndices auriculares de un desconocido “hombre lobo” (tal y como lo denominó el vendedor de la foto en ebay) que acabó sus días en un manicomio italiano.

Realmente se trata de algunos restos postmortem tras la autopsia de P.F., aquejado de síntomas paranoides y enfermo de epilepsia de la que quizás falleció en un episodio de gran mal el 18 de noviembre de 1897.


Sus hirsutos apéndices auriculares fueron conservados como ejemplo y testimonio confirmatorio de las teorías difundidas en Italia por Chiarugi por las que se consideraba el denominado “tubérculo de Darwin” en las orejas del ser humano como comparables al ápex de las orejas en algunos mamíferos.


El “Tubérculo de Darwin” es una condición congénita del oído que afecta aproximadamente al 10 % de la población. Generalmente presentándose como un engrosamiento del hélix en la unión de su tercio superior y medio.


Este pequeño nódulo, considerado un rasgo atávico, se denomina así porque su descripción fue publicada por Charles Darwin en las primeras páginas de El origen del hombre (1871), como vestigio que indica un ancestro común entre los primates. Si bien se ha demostrado que no tiene ninguna relevancia su aparición en cualquier persona, años atrás su presencia se asoció con la epilepsia (como es el caso hoy ilustrado) o con la criminalidad y otros degenerados como propugnó Lombroso.

Figura 2 de "El origen del hombre", ilustrando el "tubérculo de Darwin".

Y ya puestos a hablar de psiquiorejas famosas, de obligado recuerdo es una vieja entrada acerca de las “orejas de coliflor”, un interesante bluf conceptual histórico de nuestra querida psiquiatría. Pero antes de que alguien se anime a echarle un vistazo curioso, permitidme que os aclare que la fotografía de la que hemos estado hablando fue finalmente vendida por 521,11 $, lo que no os digo es la cantidad en la que yo me planté durante la puja.


BIBLIOGRAFIA.








Rey González, A. Livianos Aldana, L. La Psiquiatría y Sus Nombres: Diccionario de Epónimos. Ed. Médica Panamericana, 2000.







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