lunes, 25 de enero de 2010

116. Tres libros malditos: 2) Psychopaths.

El segundo libro de esta trilogía maldita, merecedor del fuego purificador por sus percibidos maléficos poderes, fue editado muy lejos de aquí, en Seúl, Corea. Su autor, Atta Kim, ahora es un reconocido fotógrafo que, sin embargo, tuvo que distanciarse de su familia para llevar adelante como trabajo lo que había sido su afición durante los años de estudio de ingeniería mecánica, la profesión en la que confiaba su padre.

Uno de sus primeros proyectos fotográficos fue el titulado “Psychopaths”. El autor explica que durante su época universitaria estaba interesado en las teorías de Freud, que deseaba “ver la mente humana”. Preguntándose por cómo sería posible analizar la conciencia humana pensó que lo mejor sería ver a los enfermos mentales en el propio hospital. Para ello pasó cerca de un año (1985-86) visitando un hospital psiquiátrico en la provincia de Kyungsangdo, donde realizó 350 fotografías de los pacientes y su entorno inmediato. Aún reconociendo no haber alcanzado su objetivo primordial: “las imágenes en el libro no revelaban nada más, al fin y al cabo, que la propia locura de los pacientes”, la experiencia le marcó de alguna forma para el resto de su vida. Poco después cambió su nombre, Soek-jung, por Atta, que significa “Yo” y “Otro” en caracteres coreanos.

Aun sin reconocerse budista, su obra en general está impregnada de un misticismo evidente que él mismo encuadra en esa filosofía oriental. La propia experiencia en el manicomio fue rica en enseñanzas, aprendidas en la escucha de 365 pacientes. Un día, cuenta, mientras observaba jugar a cinco internos a un tipo de ajedrez coreano, uno se dirigió a él solicitándole que se comiera un peón negro. Dubitativo, se lo llevó a la boca para descubrir con gran asco que la capa de porquería que lo cubría se deshacía al contacto con su saliva. Rápidamente lo escupió y se sorprendió de que ahora fuera una pieza de un blanco brillante, dándose cuenta que sólo un escaso milímetro de suciedad diferenciaba a una pieza de la otra. Si no la hubiera comido, no hubiera podido acceder a su escondida pureza, recapacitó. Enseñanza que supo aprovechar para darse cuenta de que hasta entonces había estado tratando de entender el mundo a través del filtro de sus propios prejuicios.

Pero ahí no acaba la anécdota. Otro día, mientras hablaba con un grupo de pacientes, se le acercó un hombre aquejado de esquizofrenia que le agarró por el cuello, apretando hasta casi asfixiarle. Fue la persona que le retó a comerse el peón quien le rescató de sus manos. Ahora piensa que si no hubiera intentado comerse la sucia ficha, su retador quizás no le hubiera ayudado en ese momento de angustia. El episodio le sirvió para darse cuenta que las cosas que parecen surgir fuera del dominio del sentido común, al final retornan a ese mundo.

Pero dejémonos de enseñanzas, pequeño saltamontes, y volvamos a la serie “Psychopaths”. No era ese un tema que hubiera sido investigado anteriormente en Corea (ni en muchos otros países), resultando chocante y controvertido socialmente. Al menos, y como beneficio colateral, durante la inauguración de la exposición se reencontró con su padre, con quien no se hablaba desde mucho tiempo atrás por su decisión de dedicarse a la fotografía. Este le dijo: “Hoy he encontrado al hijo que perdí hace tanto tiempo, estoy orgulloso de él por abordar un campo que no interesa a mucha gente”. En ese momento se prometió ser el mejor artista posible.

La obra con las imágenes fue publicada con el apoyo de un farmacéutico, también fotógrafo aficionado. Su mujer, también farmacéutica, había sido hospitalizada anteriormente por causas mentales. Quiso la fatalidad que esta mujer viera uno de los ejemplares y recayera en su enfermedad, tras lo cual tuvo que ser hospitalizada de nuevo. Cuando Atta Kim lo supo, decidió quemar la tirada completa de 1.200 volúmenes. Así quiso evitarnos para siempre un tan inquietante riesgo derivado de su contemplación.

De la serie Psychopaths, 1985. Foto © Atta Kim 

Por ese motivo, desafortunadamente para Psiquifotos y sus seguidores, no he podido encontrar no ya un ejemplar del libro, sino algunos ejemplos del trabajo realizado. Sólo he visto reproducida (y en pequeño) una imagen de la serie en otro de sus libros. Algún día volveremos a ellos si hablamos del suicidio y su representación fotográfica.

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Los tres libros malditos:

116. Psychopaths.
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Y otro más, que descubrí más tarde: 224. Señales del vacío: un cuarto libro maldito.

BIBLIOGRAFIA.



Atta, K. Psychopath. Sunyoung Publishing Co. Seoul, 1987.




Atta, K. The Museum Project. Aperture. New York, 2005.



Atta, K. Atta Kim: ON AIR. International Center of Photography / Steidl. New York, 2006.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Insisto en que tu weblog es una maravilla. Si yo hubiera tenido una cámara de fotos cuando en su día... ahora podría enviarte varios carretes. Qué lastima. No tenía.

Unknown dijo...

..una pagina muy especial! gracias por publicarla!
merce

Anónimo dijo...

pagina esplendida!

alejandra dijo...

sigo la pagina desde hace un tiempo... no dejo de sorprenderme!