jueves, 10 de marzo de 2011

178. Veo ángeles todos los días.

Si en la entrada anterior hablábamos de fotos, poesía y música, hoy el contraste será geográfico. Se trata de la obra realizada por un fotógrafo japonés en un manicomio de Ecuador. Descubrámoslo de la mano de Irantzu González y otro más de sus sentidos textos a los que ya empieza a acostumbrarnos en psiquifotos.

Hiroshi Watanabe nació en 1951 en Sapporo, Japón. Se graduó del Departamento de Fotografía de la Facultad de Arte, en la Universidad de Nihon en 1975, mudándose a Los Ángeles para involucrarse en la producción de anuncios de televisión. Con el tiempo, pasó a ser productor, y más tarde estableció su propia compañía.

En 1995 su pasión por la fotografía se reavivó, y desde entonces ha viajado extensamente en todo el mundo, fotografiando lo que encuentra interesante en ese momento y lugar.


En el 2000 cerró la compañía de producción con el fin de dedicarse por entero al arte y se convirtió en fotógrafo a tiempo completo.


Después de cinco libros de auto-publicado, el primero que se editó de forma convencional fue “I see angels everyday”, retratos en blanco y negro de pacientes y escenas del hospital psiquiátrico de San Lázaro en Quito, Ecuador.



Este trabajo ganó varios premios, entre ellos en el año 2007 el “Photo city Sagamihara”, dirigido a fotógrafos japoneses profesionales.


Las obras de Watanabe han sido expuestas en numerosas galerías de todo Estados Unidos y Japón.


Este trabajo tiene algo que lo diferencia de todos los demás que he visto hasta ahora, que le un aire etéreo, casi irreal. El título ya lo sugiere: ángeles. La idea acompaña a cada una de las fotografías del libro, dejando que la religión forme parte importante de los retratos, a veces hasta puntos inquietantes.




Debemos tener en cuenta que el tema no es independiente ni forzado. El hospital se encuentra en Ecuador, país en el que el 95% de la población es Católica, la mayoría practicante. Las imágenes que vemos son realmente parte del día a día de los pacientes y personal del lugar.




Gran parte del trabajo son retratos de pacientes, que fueron recopilados primero en un libro llamado “Faces” y más tarde incluidos entre el resto de las imágenes que forman “I see angels everyday”.



La religión no es lo mío, pero las imágenes me recuerdan a uno de los sentimientos que tenía de pequeña cuando entraba en una iglesia: tranquilidad. En cada retrato, en cada escena, se intuye.



No hay miedos, ni traumas, ni delirios, sino que estamos más allá, donde el tiempo se ha parado. Un espacio alejado de la prisa que estamos acostumbrados a vivir durante las horas de trabajo. Una especie de nube.



¿Qué más da dónde están? ¿Qué les ha pasado? Son iguales ante la cámara: ángeles, como todos lo somos a veces. Humanos en el más puro sentido de la palabra.




¿Enfermos? Lo son, pero no ahora, no en el momento en el que la cámara les inmortaliza y les convierte en ángeles. Ahora sólo cuenta la otra parte: la parte que tenemos todos en común.


Es una demostración más de que la enfermedad mental forma parte de algunas personas, pero no las anula ni las absorbe totalmente. Siempre queda ese momento de humanidad en medio de todo. Fácil o difícil de encontrar, pero hay que tener claro que no verlo no significa que no esté.


Voy a los lugares que me cautivan e intrigan. Estoy interesado en lo que hacen los seres humanos. Trato de capturar gente, tradiciones y lugares que, ante todo, son de interés personal. Me sumerjo con información sobre los lugares antes de acudir, pero trato de evitar la firma, las ideas preconcebidas.” - decía el autor en una entrevista – “Me esfuerzo por equilibrar los conocimientos y los descubrimientos en mi trabajo, por mantener mi mente abierta a las sorpresas.”



A veces, me imagino las imágenes que me gustaría capturar, pero cuando realmente las veo a través del visor, mi mente se queda en blanco y capto, fotografío, aquello que me llama la atención.”



Las fotografías con las que vuelvo suelen ser diferentes a mis conceptos originales. Mis fotografías reflejan tanto mi interés genuino en el tema, como el respeto por el elemento suerte, mientras que otras veces busco la belleza pura. El goce puro de este proceso me conduce y me inspira.”




Creo que hay un hilo que conecta todo mi trabajo: mi visión personal del mundo en su conjunto. Hago todo lo posible para hacer un fiel registro de las imágenes del mundo que me rodea, un mundo en proceso de cambio que, al menos en mi mente, merece su conservación.”





Poema Los Ángeles Sonámbulos de Rafael Alberti.

1

Pensad en aquella hora:
cuando se rebelaron contra un rey en tinieblas
los ojos invisibles de las alcobas.
Lo sabéis, lo sabéis. ¡Dejadme!
Si a lo largo de mí se abren grietas de nieve,
tumbas de aguas paradas
nebulosas de sueños oxidados,
echad la llave para siempre a vuestros párpados.
¿Qué queréis?
Ojos invisibles, grandes, atacan.
Púas incandescentes se hunden en los tabiques.
Ruedan pupilas muertas,
sábanas.
Un rey es un erizo de pestañas.




2

También,
también los oídos invisibles de las alcobas,
contra un rey en tinieblas.
Ya sabéis que mi boca es un pozo de nombres
de números y letras difuntos.
Que los ecos se hastían sin mis palabras
y lo que jamás dije desprecia y odia al viento.
Nada tenéis que oír.
¡Dejadme!
Pero oídos se agrandan contra el pecho.
De escayola, fríos,
bajan a la garganta,
a los sótanos lentos de la sangre,
a los tubos de los huesos.
Un rey es un erizo sin secreto.
Como yo, como todos.
Y nadie espera ya la llegada del expreso,
la visita oficial de la luz a los mares necesitados,
la resurrección de las voces en los ecos que se calcinan.




Al fin y al cabo, siempre nos viene bien parar unos minutos y no pensar, sino sólo mirar. La fe, la religión, puede ser una terapia más, o al menos envolver a las personas protegiéndolas hasta que se encuentren de nuevo preparadas para seguir su vida, y acompañarles después.
I.G.Ll.



Para quien quiera profundizar en la obra del autor, ahí está su página web, donde poder visitar su obra, incluido el libro del que hablamos, así como "ojear" otro pequeño libro con algunos de los retratos tomados en el "San Lázaro". Se trata de lo que parece ser una edición personal, con 20 imágenes que se complementan con una foto firmada y numerada de una tirada limitada de 200, a elegir entre el "paciente AL, ciego" o la "paciente ES, esquizofrenia". Yo elegí a la paciente "ES", quizás por ese pelo blanco, como los ángeles.


BIBLIOGRAFIA.


Watanabe, H. I see angels every day. Mado-sha. Tokyo, 2007. Accesible parcialmente aquí.



Watanabe, H. Faces Vol. 1. San Lazaro Psychiatric Hospital. 2003. Sin información editorial. Se acompaña de una fotografía, firmada y numerada.








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Descargo de responsabilidad: He utilizado las imágenes sin ánimo de lucro, con un objetivo de investigación y estudio, en el marco del principio de uso razonable - sin embargo, estoy dispuesto a retirarlas en caso de cualquier infracción de las leyes de copyright.Disclaimer: I have used the images in a non for profit, scholarly interest, under the fair use principle - however, I am willing to remove them if there is any infringement of copyright laws.

8 comentarios:

Wen Rizo dijo...

Me impresiona la sensación de desolación en los ojos de estas personas...

¿cuántos enfermos son felices en su "mundo"?

felicidades por la entrada, siempre es interesate leer su blog.

Paula dijo...

Hola:

Muy bonitas algunas fotos, pero muy deafortunado el comentario "esos momentos de humanidad" ¿qué pasa cuando se aleja el fotógrafo?¿dejan de ser humanos?
Estoy harta del humanitarismo cuando se habla de "enfermos mentales",harta de que tan a menudo se les niegue la categoría de personas, o se les reduzca a "esos momentos", como si el resto del tiempo fuesen cualquier otra cosa.
Si lo vuelve a leer después de esto, se dará cuenta de lo desafortunado de ese comentario suyo, y quizá a partir de ahora cuide más los detalles, nada inocentes, y menos en un medio de difusión pública.
Le sugiero, para que vea que hago crítica constructiva, que puede sustituir la palabra humanidad por cualquier cualidad humana que sí dependa de momentos concretos:la ternura, la empatía, la tristeza, la esperanza...serían más precisas, y no desposeerían a nadie de su humanidad el resto del tiempo.
La fotografía, como arte, es poderosa, pero no tanto como para convertir en humano a nadie que no lo fuese ya desde siempre, y que seguirá siéndolo.
Un saludo
Un saludo.

Irantzu dijo...

"Es una demostración más de que la enfermedad mental forma PARTE de algunas personas, pero NO las anula ni las absorbe totalmente. SIEMPRE queda ese momento de humanidad en medio de todo. Fácil o difícil de encontrar, pero hay que tener claro que NO VERLO NO SIGNIFICA QUE NO ESTÉ."

Tienes razón, etiquetada, en que cuando el fotógrafo se va los enfermos ni mucho menos pierden la humanidad. Por suerte forma parte de todos nosotros durante toda la vida.

También pienso que una palabra, probablemente mal escrita o mal interpretada, no debe empañar el significado de todo el texto. Probablemente, dado el malentendido, en lugar de "momento", sería más acorde con lo que pienso decir "área" o "espacio" de humanidad.

Y lo digo porque todos nosotros, en el día a día, andamos con prisas, de un lado a otro o simplemente andamos... y el ritmo de vida hace que, muchas veces, la humanidad de cada persona (valga la redundancia) pase a ser algo inconsciente, como cuando dejas de escuchar un sonido de fondo que siempre está ahí, que quede relegada a un "área" o "parte" de nosotros, aunque interaccione con todas las otras áreas que sí se muestran.

En las fotos me ha dado la impresión de que esa humanidad (que TODOS poseemos), por un MOMENTO se hace CONSCIENTE, que vuelve a primera plana. Y no tiene nada que ver con que sean enfermos mentales, sino con que vivimos en el mundo del "ver" sin "mirar", y muchas veces olvidamos lo evidente.

Si te ha molestado la palabra, te pido disculpas. Espero que ahora haya quedado claro el significado dentro del contexto.

¡Un saludo! Y gracias por contactar con nosotros y ayudarnos a mejorar.

Paula dijo...

Pues sí ha quedado claro, gracias por el esfuerzo de esclarecerlo. Quizá sea un estado de alerta que tengo activado, una hipersensibilidad por hartazgo de deshumanizaciones y otros males que aquejan por doquier en este mundo.
Un saludo y tan amigos.

Irantzu dijo...

A todos nos pasa con alguna cosa.
Un abrazo! :)

lulu dijo...

Conozco a cada uno de estos retratados trabajé con ellos en un taller de teatro, y no me gusta llamarlos pacientes psiquiátricos, viví con ellos momentos de profunda creación y pude vivir en carne propia el hecho de que simplemente ven la vida desde otro punto de vista. Me impresionó encontrarlos en tu trabajo, los retratos son muy logrados y no creo que haya un "momento de humanidad" son humanos todo el tiempo, como tú y como yo.

Irantzu dijo...

Gracias por tu comentario, lulu. El hecho de que les hayas conocido me ha impresionado. Me alegro de que hayas llegado hasta aquí.

Y respecto a la frase de "momento de humanidad", me remito a mi anterior respuesta. Espero que lo aclare.

Muchas gracias por tu visita!!

Irantzu dijo...

Gracias por tu comentario, lulu. El hecho de que les hayas conocido me ha impresionado. Me alegro de que hayas llegado hasta aquí.

Y respecto a la frase de "momento de humanidad", me remito a mi anterior respuesta. Espero que lo aclare.

Muchas gracias por tu visita!!