domingo, 5 de julio de 2020

397. El rock del psiquiátrico (I). El concierto.

Son ya varias las entradas psiquifoteras en las que he ido dando cuenta de los más diversos eventos (deportivos, musicales, teatrales, religiosos...) celebrados en instituciones psiquiátricas, bien como parte de diversas festividades o como simple entretenimiento. Una forma de distraer y romper la monotonía de la población allí ingresada, a lo que Goffman denominó "ceremonias institucionales", convencido de ser meros mecanismos dirigidos en último término a mantener inalterable la propia institución total. Sea como fuere, normalmente esas actuaciones y funciones suelen venir de la mano de algunos enfermos seleccionados y sus cuidadores, o bien de grupos de voluntarios del exterior que dedican para ello parte de su tiempo libre. Mucho menos frecuente es contar con actuaciones profesionales con ese fin, como es el caso que hoy nos ocupará.


Tuve noticia de ello a través de mi viejo amigo y colega alicantino Enrique Pérez, quien me puso en antecedentes de ciertos conciertos que Leonard Cohen (1934-2016) dio en diferentes instituciones psiquiátricas, episodio que finalmente se anima a compartirlo con todos los visitantes del blog. Desafortunadamente solo ha conseguido imágenes del primero de ellos, que tuvo lugar en 1970 en el Hospital Henderson, realmente una comunidad terapéutica que conformaba la Unidad de Rehabilitación Social, ubicada en un extremo del Hospital Belmont de Sutton, al sur de Londres. Comunidad Terapéutica iniciada por Maxwell Jones en 1947, que ha querido la casualidad fuera una de las instituciones que, a mediados de los años 80, tuve la oportunidad de visitar durante mi periodo de formación como alevín de psiquiatra por aquellas tierras, cuando Stuart Whiteley era su director.

Pero dejemos a Enrique que nos cuente el episodio con sus propias palabras:

El rock y la cárcel siempre han sido buenos compañeros de viaje. Desde los primeros bluesmen que componían sus melodías en el talego, pasando por la experiencia iniciática de Johny Cash al realizar un concierto en prisión ante dos mil presos (“At Folsom Prison”, Columbia, 1968) y desembocando en la mítica “Jailhouse Rock” interpretada por el propio rey del rock, Elvis Presley. Sin embargo, el manicomio, ese pariente pobre del presidio nacido de una misma historia, ha tenido más relación con los poetas malditos y con el teatro (ver la estupenda entrada de Cándido Polo sobre el Odin Teatret en el manicomio de Bétera) que con la música popular.

Por ello me sorprendió, viendo el reciente documental sobre la historia de amor entre Leonard Cohen y Marianne (Nick Broomfield, 2019), descubrir que en su gira de 1970, el famoso cantautor (1934-2016), incluyó un concierto el 28 de agosto en el Henderson´s Mental Asylum de Sutton. No es de extrañar, pues en conjunto fue la gira más provocadora y punk del artista. Su discográfica, Columbia, no sabía qué hacer con él: no era un rockero y sus primeros LPs tuvieron un éxito moderado (ni siquiera “Suzanne” destacó), pensaron que su música reflexiva y melancólica gustaría en el Viejo Continente y aunque a Cohen no le hacía ni pizca de gracia, tuvo que embarcarse en la gira.

Al parecer, el artista se sentía atraído por estos espacios manicomiales, quizás por sus propias características personales (“estuve muchos años luchando contra la depresión”), tal vez por experiencias familiares cercanas de la “locura” en la figura de su madre (los que la conocían la describen “loca como una cabra” y al parecer tuvo varios ingresos psiquiátricos) y de un abuelo que murió en una institución psiquiátrica. Pero el propio Cohen nos dio más pistas, cuando declaró, acerca de sus conciertos en frenopáticos: “cuando tocas ante alguien que ha sido completamente derrotado y tienes la sensación de que lo que le provocó esa derrota se corresponde, en parte, con el origen de mis canciones, parece innegable que hay una cierta conexión. Sentía cierta empatía en relación con esa experiencia”.

Cuenta Ron Cornelius, su guitarrista habitual, que una tarde en el Royal Albert Hall de Londres, Cohen decidió “que a sus músicos les vendría bien tocar en un psiquiátrico”. Los músicos no tenían ningunas ganas, pero Leonard logró convencerles y actuaron en el Herderson Mental Asylum de Sutton en Londres. La imagen de dicha institución que recoge el documental, bastante imponente, por cierto, es la siguiente:


Sin embargo, la imagen gótica, tétrica y oscura del “Henderson Mental Asylum” que aparece en el documental no se corresponde en absoluto con la imagen modesta del hospital Henderson, que se fundó en 1947 por Maxwell Jones, y cuyo objetivo era el tratamiento de los trastornos graves de personalidad.


Que ni siquiera en blanco y negro se parece a la del documental:


Empezó cantando “Bird on the wire”, pero al poco de comenzar se paró y dijo: “me siento como si estuviera hablando. Esto es contagioso, es psicótico”. Finalmente se repuso y cantó durante 80 minutos. Como anécdota, Cornelius, relata que durante el concierto un interno se levantó e increpó al cantante gritándole: “Eh tú. Cállate. Para de cantar. Te plantas aquí con tus guitarritas relucientes, con todas esas mujeres atractivas cantando los coros y todas esas chorradas. Pero lo que quiero saber es lo que opinas de mí. Eso es lo que realmente me importa”. Se creó un silencio tenso y el cantante bajó del escenario, se metió entre el público y lo abrazó muy fuerte como si su vida dependiera de ello”.

Estos son algunos de los fotogramas que en el vídeo se incluyen del concierto de Leonard Cohen en el Henderson Hospital:

Fotogramas del concierto de Leonard Cohen en el Henderson Hospital en 1970. © Marianne & Leonard: Words of Love. 2019.

El Henderson fue clausurado finalmente en abril de 2008, después de 60 años de funcionamiento, habiendo sido en los años 60 y primeros 70 una institución revolucionaria. Dos años después del concierto de Cohen, Keith Kennedy (n. 1934) se estableció en el Henderson con su grupo para trabajar junto con los pacientes, creando una comunidad terapéutica orientada al soporte de los internos. El grupo utilizaba el teatro de improvisación, la fotografía y la grabación de audios como una oportunidad de buscar identidades alternativas de autocuidado (The Wellcome Collection de Londres ha adquirido recientemente el archivo de K. Kennedy). Pero esto es otra historia que, tal vez, merezca otra entrada psiquifotera en el futuro.

Repasando el resto de los conciertos que configuraron la gira del autor en 1970, encontramos que hubo dos más en hospitales psiquiátricos: uno en noviembre en el Napa State Mental Hospital de California y otro en diciembre en el Douglas Hospital de Verdun (Montreal).

Tal vez, como Johny Cash en sus conciertos carcelarios, Leonard quería “hacerles saber a los internos que en algún lugar de ahí afuera, en el mundo libre, había alguien que se preocupaba por ellos como seres humanos”.


Interesante historia la que nos relata Enrique, así como el interrogante que deja abierto al final de la misma que me ha hecho preguntarme de dónde surgiría la idea del concierto en el Henderson, justo 3 días antes de su actuación en el mítico festival de la Isla de Wight. Buscando una respuesta, que seguramente no he encontrado de forma concluyente, me he topado con otra pequeña sorpresa inesperada, relacionada con otra de mis otras raras aficiones y quizá con el potencial de reinterpretar esta micro historia. Pero eso mejor lo dejamos por hoy con un socorrido...



BIBLIOGRAFÍA.


Goffman, E. Internados. Ed. Amorrortu. Buenos Aires, 1970. Traducción de Asylums. Essays on the Social Situation of Mental Patients and Other Inmates, 1961.



Whiteley, Stuart. The evolution of the therapeutic community. Psychiatric Quarterly 2004; 75(3) (2004): 233-48. Accesible en www.therapeuticcommunities.org/wp-content/uploads/2014/07/whiteley.pdf



Leibovitz, Liel. A Broken Hallelujah - Rock and Roll, Redemption, and the Life of Leonard Cohen. WW Norton & Co. New York, 2014. Existe otra edición simultanea en Gran Bretaña:A Broken Hallelujah - Leonard Cohen's Secret Chord. Sandstone Press Ltd. Dingwall, 2014.

Leibovitz, Liel. Lonard Cohen's worst tour ever: "I want to play mental asylums". Salon, 6 abril 2014. Accesible en https://www.salon.com/2014/04/06/leonard_cohens_worst_tour_ever_i_want_to_play_mental_asylums


Broomfield, Nick (Director). Marianne & Leonard: Words of Love. Documental. 97 min. Estados Unidos, 2019.







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4 comentarios:

Unknown dijo...

Excelente reportaje. No se si en España hay algún antecedente de concierto en hospitales. Cuando hacía de monaguillo con el capellán del psiquiátrico y leprosería del Sabinal en Gran Canaria recuerdo algún grupo folclórico canario que tocaba después de la misa del mediodía y era un espectáculo tanto para los enfermos como para los habitantes de los alrededores que iban a Misa. Es una lástima que solo tenga el recuerdo.

Oscar Martínez Azumendi dijo...

¡Gracias!
Un recuerdo que, bien compartido, como decía aquel otro refrán, bien sabe. Y ahí nos queda.
Anécdota que apunta también al papel que estas grandes instituciones tuvieron para la población de los alrededores, no solo como importante fuente de trabajo, sino como foco de "entretenimiento" y recurso social.

Cándido Polo dijo...

Espléndida aportación!
He seguido a Leonard Cohen desde mis 20 años, y a Òscar Martinez Azumendi desde la primera entrega de Psiquifotos, así que felicito a Enrique Pérez por este grato descubrimiento que nos permite juntarlos en nuestro inmenso álbum.
Yo no tenia la menor idea de este asunto, que ennoblece todavía más la figura del poeta
Esperemos que la serie continúe, por qué promete..
Abrazos para los dos!!

Cándido Polo

Oscar Martínez Azumendi dijo...

Hola Cándido.
Muchas gracias por tu fidelidad a Psiquifotos. Es un placer contar con entusiastas seguidores de tu talla. Un fuerte abrazo hasta Valencia.