sábado, 14 de noviembre de 2020

411. Anna Turbau. Instantáneas apresuradas en el manicomio.

Hay diferentes tipos de reportajes fotográficos sobre el estado en los que se encontraban, hace unas décadas, las instituciones psiquiátricas en nuestro país (y en otros). En Psiquifotos hemos ido viendo muchos ejemplos. Unos que pretendieron mostrar la parte más miserable y escandalosa de las estructuras y ambientes asistenciales, otros prefirieron poner su foco en la condición humana de los allí asilados. No hay duda de que todos aportaron su granito de arena en la denuncia de la triste situación asistencial, pero de los segundos queda además el recuerdo amable de las personas que la sufrieron.


Uno de esos reportajes fue el realizado en 1977 por Anna Turbau en Conxo, el gran manicomio gallego de Santiago de Compostela. De la fotoperiodista catalana Anna Turbau se ha escrito mucho en relación con su trabajo durante sus años de juventud en Galicia (1975-79), donde llegó con la intención de plasmar en imágenes el poblado gitano proyectado por una pareja de arquitectos, Cesar Portela y Pascuala Campos de Michelena. Pero, al acabar el proyecto, encantada sin duda por los conjuros de las meigas, quedó en Santiago unos años más como colaboradora de las revistas “Interviú” y “Primera Plana”. Allí se ocupó de los más diversos temas en relación con la denuncia de las circunstancias y conflictos sociales vividos entonces, como diversas movilizaciones sociales (mariscadoras, protestas por la construcción de la autopista AP-9…), o temas populares (curanderos, vida en Los Ancares…).

El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid posee 30 de sus obras, de las cuales cuatro forman parte de la “Colección 3: De la revuelta a la postmodernidad”. Expuestas en la sala 001.11, bajo el lema de “El marginado constitucional”, se resumen sus objetivos narrativos con estas palabras:

Para el movimiento sesentayochista, el enemigo a batir era la sociedad disciplinaria. Si esta gobernaba la subjetividad mediante una densa red de instituciones represivas como las cárceles, las familias, la sexualidad o el trabajo asalariado, había que disolver sus fundamentos ideológicos. Alimentado por una bibliografía extraordinaria (Herbert Marcuse, Michelle Foucault, Gilles Deleuze, Felix Guattari, Ronald Laing, Franco Basaglia o Jacques Lacan), el cuestionamiento de la locura representaba un novedoso lugar de acción política y artística. Así, en los años setenta, fotógrafos y artistas denuncian la situación de los sanatorios mentales del régimen, en sintonía con las prácticas de jóvenes anti–psiquiatras, mientras sus pacientes impulsan proyectos artísticos de estética psicótica”.

Sala 001.11 del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Muestra “El marginado constitucional”, a la izquierda 4 de las 30 fotos de Anna Turbau en la colección del museo. Foto © Museo Reina Sofía.

De aquellos años de trabajo como fotoperiodista en Galicia se han realizado diversas exposiciones y publicaciones, incluido un documental, que por no extenderme más dejo algún ejemplo recogido en el apartado de bibliografía.

Ahora, ciñéndonos exclusivamente a las imágenes de Conxo, en una amable y entretenida conversación telefónica, Anna rememora para Psiquifotos la experiencia. En un primer encuadre y posicionamiento emocional frente a las fotos, explica que el hablar de las muchas dificultades y miseria que retrató en algún momento de aquellos apasionantes años, le hace evocar su propia historia personal: “Mucho silencio. Exiliados…”, pero no con la crudeza de lo que fue testigo en el manicomio, experiencia que comparte le hizo llorar durante días, incapaz de asumir lo allí visto.

Una furtiva visita que fue posible gracias a que “un médico me coló dentro”, y durante la cual “tuve que hacer las fotos muy rápido, en 1 hora. Solo pude fotografiar en la galería de mujeres, era la hora de la cena, apenas había luz, en fechas cercanas a la Navidad. A la galería de hombres apenas pude entrar, solo un poco…”.

Las imágenes, tomadas a la carrera, no fueron publicadas solo hasta muy recientemente, “no podían publicarse”. Impactada todavía por la imagen de una niña que sostiene una muñeca entre sus brazos, comenta que años después la buscaron en el hospital, pero no pudieron dar con ella: “Quería saber qué había sido de ella. Estaba expuesta a todo entre aquellos adultos (incluidos los hombres). La muñeca de la foto era de todas, no había más…”. Seguidamente también se cuestiona, entre preocupada y escandalizada, “Había otra imagen de una niña jovencita. Con mucha tripa, ¿podría estar embarazada? Esas fotos eran testimonio de la situación. Decían que no había niños. Lo que me motivó fue la foto de la niña, me dolía mucho. No divulgué las fotos. No existía la Ley de protección de menores, pero yo tenía ese sentido”. “Por resumirlo en dos palabras”, me aclara, “sabía quiénes eran los malos, pero a las víctimas había que protegerlas”.

Aunque hubo un par de intentos fallidos previos para editar su obra (primero por parte de sus amigos arquitectos, y más tarde por ella misma), sin embargo, hubo que esperar 40 años, hasta 2017, para ver las fotos impresas y accesibles públicamente gracias al libro editado por el Consello da Cultura Galega, ahora en su segunda edición. Antes, solo alguna de aquella colección de imágenes fue presentada en una exposición pública ya bien entrado este siglo. “Únicamente en lugares de mucho respeto. No se publicaron en prensa, no quise hacerlo en Interviú (donde colaboraba, pero no estaba en nómina), de donde marché no conforme con algunas de sus prácticas”.

“Una pequeña parte de las imágenes también se vieron en el hospital (donde se proyectó el documental sobre su obra en Galicia). Lo vivieron como si fuera la proyección de una “peli”. La respuesta quizás no fue del todo lo esperado a nivel personal, pero estuvo muy bien, una gran experiencia, incluidas las felicitaciones de los pacientes…”.

Interesada más en difundir y conservar su obra como testimonio de una época que en posibles derivadas económicas, donó al Consello da Cultura todo su archivo gallego, cerca de 10.000 negativos que sigue documentando hoy en día y han sido la base de diferentes exposiciones (A Coruña, Pontevedra…), así como se preservan para el futuro como patrimonio visual de una época.



De estas imágenes, la investigadora y profesora de fotografía Rebeca Pardo, en un texto publicado en el volumen gallego al que nos hemos referido, destaca: “Turbau capta la humanidad de los pacientes y no la habitual degeneración, marginalidad y violencia con la que en aquellos tiempos solían fotografiarse este tipo de instituciones y enfermos… creo que muchas de aquellas imágenes de denuncia, sin ser su intención, han contribuido a la estigmatización y la deshumanización de ciertas enfermedades y pacientes… Frente a ese tipo de imágenes duras, que fotografiaban a los pacientes deshumanizados y degradados… y con las que es difícil empatizar por la frialdad distante del fotógrafo, Ana Turbau nos muestra a unos pacientes que son capaces de sonreír, que miran a la cámara y que generalmente son retratados, sobre todo, como seres humanos”.

A mí también me lo parece y, se me ocurre que, para próximas entradas, rescataré algún artículo de Interviú de aquella época, con los que podremos comparar ambos planteamientos visuales. Imágenes, unas y otras, que a pesar del posible debate en relación con su justeza, oportunidad o incluso ética, no hay duda que hicieron mucho por facilitar el cambio promovido por los diferentes movimientos psiquiátricos reformistas.




BIBLIOGRAFÍA.



Turbau, Anna. Galicia 1975-1979. Consello da Cultura Gallega. Santiago de Compostela, 2017.

Pardo, Rebeca. Anna Turbau: el documentalismo humanista directo. En Turbau, Anna. Galicia 1975-1979. Consello da Cultura Gallega. Santiago de Compostela, 2017.P. 389-93.



Soler, Lorenzo; Algora, Jorge. La mirada de Anna (documental, 55 min). Adivina Producciones, 2009. Accesible en Vimeo: https://vimeo.com/ondemand/lamiradadeanna



Pardo, Rebeca. Anna Turbau: la mirada que sacó a la luz una Galicia diferente. En Pardo, Rebeca (ed.). En la retaguardia: imagen, identidad y memoria. 2 septiembre 2012. Accesible en https://rebecapardo.wordpress.com/2012/09/02/anna-turbau-la-mirada-que-saco-a-la-luz-una-galicia-diferente



Pardo, Rebeca. Fotografía y enfermedad. Iconografías en transformación. En Morcate, Montse y Pardo, Rebeca (eds.) La imagen desvelada. Prácticas fotográficas en la enfermedad, la muerte y el duelo. Sans Soleil ediciones. Vitoria-Gasteiz, 2019. P. 19-60.



Simón, David. Manicomio de Conxo, 1977: la mirada de Anna Turbau. En Simón, David (ed). Diario de un médico de guardia. 27 octubre 2011. Accesible en: https://diariodeunmedicodeguardia.blogspot.com/2011/10/manicomio-de-conxo-1977-la-mirada-de.html



Galdeano, Ricardo. Anna Turbau. Grabación de la charla-proyección de la obra fotográfica de Anna Turbau organizada por AFTELAE. Estella-Lizarra, 30 de octubre de 2012 (Psiquiátrico Conxo a partir de minuto 26:50). Accesible en https://ricardogaldeano.wordpress.com/2012/11/04/anna-turbau



Martínez Azumendi, Óscar. Prensa escrita y gráfica, como catalizadora del cambio psiquiátrico en España. En Huertas, Rafael. Psiquiatría y antipsiquiatría en el segundo franquismo y la Transición. Ed. Catarata. Madrid, 2017: 124-162. ISBN: 978-84-9097-369-1 Accesible en https://1drv.ms/b/s!Ar42BtGhsUPjltoWy9KjkUceUWx5rQ





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Descargo de responsabilidad: He utilizado las imágenes sin ánimo de lucro, con un objetivo de investigación y estudio, en el marco del principio de uso razonable - sin embargo, estoy dispuesto a retirarlas en caso de cualquier infracción de las leyes de copyright. Disclaimer: I have used the images in a non for profit, scholarly interest, under the fair use principle - however, I am willing to remove them if there is any infringement of copyright laws.

3 comentarios:

Manuel Aresti Larrauri dijo...

Muchísimas gracias. Eskerrik asko.
Siempre linkeo lo que escribe y postea en este magnífico blog que edita. A veces lo leo o por lo menos veo todas las fotos que me fascinan. Quisiera poder invitarle a un café en Bilbao o en Las Arenas o tal vez en Algorta. Donde le venga bien. Me encantaría meter todos sus posts en un pendrive para luego y poco a poco alardear de haberlo conocido a Vd. y además a muchos amigos suyos. Un abrazo desde Algorta.

Oscar Martínez Azumendi dijo...

Estimado Manuel.
Muchas gracias por sus amables palabras. Me alegra saber que le interesa el blog, más aun con el entusiasmo con el que me lo trasmite. Yo también me suelo entretener un buen rato con los paseos fotográficos que últimamente realiza por Getxo.

En estos momentos me parece que lo del café no es lo más aconsejable por los motivos que todos estamos padeciendo, pero le agradezco de corazón la invitación. Me temo que copiar todos los "post" puede ser una tarea aburrida y tampoco sé si merecerá la pena. Por evitárselo, le dejo un enlace al archivo que tengo de todas las entradas en pdf. No es lo mismo seguramente, pero por si le sirve, ahí están todas por ahora: https://1drv.ms/u/s!Ar42BtGhsUPjkMt7uldAeTXQ7ChT9Q?e=4YIdkR

Un cordial saludo.

Unknown dijo...

Excelente reportaje y un trato muy honesto de las imágenes para lo que podíamos ver en aquellos años en Conxo y otros hospitales psiquiátricos o "manicomios".